En 1971, ingresé a la Facultad de Medicina Veterinaria. Junto a mis amigos, entre ellos Miguel, comenzamos a entrenar en la alberca olímpica local. A pesar de ser ya reconocidos por nuestras habilidades, inicialmente no se nos permitió entrenar en la alberca debido al miedo del entrenador local, el Profe Luna, quien dirigía a un grupo de niños haciendo ejercicios fuera del agua. Tras mucha insistencia, finalmente logramos el permiso para entrenar en la Promoción Deportiva, donde impresionamos a todos con nuestra destreza en los clavados y natación.

En 1972, comenzamos oficialmente la escuela de natación. Formamos un equipo que entrenaba arduamente, llegando a bucear toda la alberca de 50 metros de largo. Durante este tiempo, no solo nos destacamos en competencias locales, sino que también competimos internacionalmente, representando a Reynosa en eventos en Europa, USA y Canadá. (esto es broma).

El equipo creció y con el tiempo muchos niños de primaria y secundaria se unieron a nosotros, logrando que el equipo de Barracudas se convirtiera en un referente local, produciendo campeones. La dedicación y el esfuerzo de estos jóvenes nadadores quedaron marcados en la historia deportiva de Ciudad Victoria, dejando un legado de pasión y éxito en la natación.